Un enorme mural de la artista Anna Rierola “Bosque Ancestral” envuelve desde hoy el edificio del Centro Mediterráneo de Investigaciones Marinas y Ambientales (CMIMA) de Barcelona, sede del Instituto de Ciencias del Mar y la Unidad de Tecnología Marina. La obra de más de 60 metros de longitud preside la fachada del edificio situado en primera línea de mar.

Un enorme mural de la artista Anna Rierola “Bosque Ancestral” envuelve desde hoy el edificio del Centro Mediterráneo de Investigaciones Marinas y Ambientales (CMIMA) de Barcelona, sede del Instituto de Ciencias del Mar y la Unidad de Tecnología Marina. La obra de más de 60 metros de longitud preside la fachada del edificio situado en primera línea de mar. El trabajo se ha realizado a partir de miles de imágenes microscópicas de microorganismos del fitoplancton marino y de polímeros sintéticos y otros nano materiales que interpretan un inmenso océano. El proceso creativo, que ha durado dos años, ha dado como resultado una obra pública que hace emerger al edificio que muchos ciudadanos desconocen. La intervención es fruto del mural efímero que la artista realizó el año pasado durante la semana de la ciencia con el mismo título. La acogida fue tan exitosa que la institución le encargó esta obra.
El núcleo de la macro composición se ha realizado a partir de imágenes de microscopía electrónica de microorganismos del fitoplancton marino, cedidas por los científicos del ICM-CSIC, y de polímeros sintéticos y otros nanomateriales, cedidas por científicos del Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2). La obra muestra el papel primordial de los organismos planctónicos dentro del funcionamiento global del planeta y su papel ancestral, tanto en la creación de la vida en el mar, hace miles de millones de años, como en la modificación de la atmósfera primitiva de la Tierra haciendo de la Tierra un planeta habitable para nosotros, tal como lo conocemos hoy en día.
"Hacer visible lo invisible"
“No hay nada tan fascinante como ver lo invisible” señala Anna Rierola. La artista se inspira en el papel primordial de los organismos planctónicos dentro del funcionamiento global de nuestro planeta y pone de manifiesto este mundo invisible que proporciona la mitad del oxígeno que respiramos. Los microorganismos que llenan el inmenso océano que nos presenta en su obra, tienen un papel fundamental en el control del clima y la temperatura del planeta. “La imagen tecnocientífica me pone en contacto con la belleza, la complejidad y el misterio del Universo, pero también me sitúa en un silencio cósmico y en una precariedad personal” afirma.
Con esta inmensa obra, Rierola invita a la reflexión sobre la pequeñez y fragilidad del ser humano mostrándonos el planeta como una unidad para ver el mundo de una manera más integradora y cooperativa. Para ello ha trabajado con imágenes a lo largo de dos años para crear un escenario donde todos los elementos están interrelacionados unos con otros, mostrando la vinculación entre lo que es diminuto y la inmensidad.
Divulgación científica
El trabajo nace de la colaboración con investigadores de estos institutos, tanto en la cesión de imágenes como en el asesoramiento científico. El director del CMIMA, Josep Lluís Pelegrí y el personal del centro están muy orgullosos de esta intervención “porque da personalidad a nuestro edificio siendo fiel a nuestro ADN. Con esta macro composición hacemos más visible nuestra investigación sobre el componente fundamental para la vida de nuestro planeta: los océanos. Todo ello nos permite acercar más el centro y nuestra tarea al gran público”.
“El mural no solo es una excelente muestra de la investigación marina que hacemos en el Instituto del Mar y la Unidad de Tecnología Marina, sino que también es un símbolo muy potente de nuestro firme compromiso con la sociedad. Nuestra investigación abarca muchas escalas espaciales, desde la microescala hasta las escalas planetarias, y escalas temporales, desde las fracciones de segundo hasta los millones de años. La gran mayoría de estos procesos, como todo el mundo microscópico que se muestra en el Bosque Ancestral, son casi invisibles a nuestra experiencia cotidiana. Nuestra tarea, como investigadores e investigadoras es hacerlos visibles, explicando cómo funcionan y dando a conocer su papel capital dentro de la complejidad de la Tierra, el gran planeta azul del cual formamos parte. Porque solo conociendo nuestras costas y nuestros océanos llegaremos a quererlos, y solo queriéndolos, tendremos la suficiente generosidad y haremos los esfuerzos necesarios para garantizar su salud. Una salud que, después de
todo, será la nuestra; la salud de todos y cada uno de los seres vivos que formamos el planeta Océano”.
Sobre Anna Rierola
Anna Rierola es una artista especializada en imagen científica. Trabaja con diferentes tipos de técnicas e instrumentos como tomografías, rayos X, microscopia confocal, SEM, TEM, MRI, telescopios y satélites. Colabora con científicos y centros de investigación de excelencia. Más información en www.anna.rierola.com