La iniciativa “OdM Climate 2024”, impulsada desde el ICM por la plataforma de ciencia ciudadana Observadores del Mar, ha revelado un aumento de especies propias de aguas cálidas en la costa española, entre otros efectos derivados del calentamiento global.

El mar Mediterráneo está siendo testigo de una transformación sin precedentes debido al calentamiento global, que está dejando huella en sus aguas: especies típicas de climas cálidos se instalan cada vez más al norte, los corales mueren por estrés térmico, las medusas aparecen antes de lo habitual y las praderas de Posidonia muestran signos de agotamiento. Todo esto ha sido documentado gracias a la iniciativa “OdM Climate 2024”, una ambiciosa iniciativa de ciencia ciudadana impulsada por la plataforma de ciencia ciudadana Observadores del Mar. “OdM Climate 2024” ha establecido una red de monitoreo en el Mediterráneo para recabar información sobre indicadores del cambio climático relacionados con medusas, corales, peces y praderas de posidonia.
“OdM Climate” ha sido clave para ampliar el conocimiento sobre los efectos del cambio climático en los ecosistemas marinos y nos permiten entender mejor qué está pasando y cómo actuar”, expone el equipo coordinador del ICM, que celebran la capacidad que ha tenido la iniciativa para generar miles de registros que reflejan el estado actual del Mediterráneo español.
Y es que, con más de 1.400 censos submarinos, 40.000 registros de organismos marinos y la participación de más de 500 personas y 33 centros de buceo, “OdM Climate 2024” se ha consolidado como una red de vigilancia clave para tomar el pulso del cambio climático en el Mediterráneo. Además, la iniciativa ha sido reconocida con un accésit en los III Premios de Divulgación Científica y Ciencia Ciudadana del CSIC, así como con una mención honorífica en el European Union Prize for Citizen Science 2025.
Un Mediterráneo cada vez más tropical
Uno de los hallazgos más destacados de la edición 2024 ha sido la tropicalización de la fauna marina. El proyecto “Peces y calentamiento”, liderado por los investigadores Ernesto Azzurro y Enrico Cecapolli (IRBIM-CNR), ha identificado un incremento notable de especies termófilas, es decir, especies que prefieren temperaturas cálidas, en aguas del Mediterráneo occidental. En zonas como la costa de Granada, el índice de tropicalización alcanza el 35%, en línea con las altas temperaturas registradas.
Entre las especies más representativas de esta tendencia están Thalassoma pavo y Sparisoma cretense (pez loro mediterráneo). Esta última, históricamente confinada a aguas del Mediterráneo oriental y del norte de África, ha sido avistada por primera vez en Baleares y Almería, lo que confirma su expansión hacia el oeste. Estos cambios reflejan el impacto directo del calentamiento del mar sobre la biodiversidad marina.
Más cambios visibles: medusas, corales y Posidonia
Además de los peces, otras especies clave están mostrando respuestas al aumento de temperaturas. El equipo de Macarena Marambio (ICM-CSIC), a través del proyecto “Alerta Medusas”, ha documentado proliferaciones tempranas de Cotylorhiza tuberculata en la Región de Murcia. De esta especie se vieron individuos adultos en gran abundancia en época muy temprana de según lo esperado, lo que podría ser una señal de adelanto en su ciclo reproductivo, probablemente vinculado al calentamiento del agua.
Por su parte, el proyecto “Atención Corales”, dirigido por Joaquim Garrabou (ICM-CSIC), ha revelado un alto nivel de afectación en gorgonias y corales. Más del 70% de los censos indican impacto moderado o severo por eventos de mortalidad masiva. Las especies más perjudicadas son Paramuricea clavata y Eunicella singularis, mientras que la esponja Chondrosia reniformis se muestra más resistente.
En cuanto a las praderas marinas de Posidonia oceanica, fundamentales para la salud del ecosistema mediterráneo, 2024 fue un año sin floraciones destacables, a diferencia de lo observado tras las intensas olas de calor de 2022. Según el equipo de Fiona Tomás (IMEDEA-CSIC-UIB), esto podría deberse a un menor estrés térmico o a que las plantas aún no han recuperado suficientes recursos tras la gran inversión reproductiva de aquel año. Paradójicamente, la floración más intensa de 2024 se observó en el norte de Cataluña, una de las regiones más frías del litoral.
“OdM Climate 2024 no solo ha generado datos valiosos para la investigación científica, sino que ha demostrado el potencial transformador de la ciencia ciudadana. Personas voluntarias, buceadores recreativos y profesionales, junto con equipos científicos, han contribuido a generar conocimiento riguroso y útil para entender cómo está cambiando nuestro mar”, explica Macarena Marambio.
“Para que los datos tengan mayor solidez, es importante mantener el esfuerzo en el tiempo, de forma que se puedan ver tendencias a largo plazo. Por eso este año OdM Climate vuelve a estar en marcha e invitamos a cualquier persona interesada a participar en la edición de 2025” concluye.
Los datos completos de la iniciativa, desarrollada gracias a la financiación de la Fundación Biodiversidad, en el marco de la Convocatoria de ayudas para implementar el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (2021–2030) del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, están disponibles en DigitalCSIC y ya está abierta la inscripción para la siguiente edición: OdM Climate 2025.
Sobre Observadores del Mar
Observadores del Mar, es una plataforma de ciencia ciudadana marina con una sólida base de conocimiento científico que está coordinada en colaboración con varios centros de investigación marina del Consejo Superior de Investigaciones Científicas: Instituto de Ciencias del Mar, ICM; Instituto Español de Oceanografía, IEO; Centro de Estudios Avanzados de Blanes, CEAB; Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, IMEDEA; Sistema de Observación Costero de las Islas Baleares, SOCIB; e Instituto de Investigaciones Marinas, IIM. Además, es socia del proyecto LIFE INTEMARES, que coordina la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, cuenta con el apoyo de la PTI del CSIC Ocean+ financiada por la Unión Europea -Next Generation EU- como parte del programa del MITECO para el plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia español y mantiene una alianza con la Fundación Marilles en Baleares y una colaboración activa con RedPromar en Canarias.