Noticias | 27 Febrero 2024

Una campaña oceanográfica valida tecnologías innovadoras para la gestión de los ecosistemas marinos

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El proyecto PLOME,  liderado por la Universidad de Girona con la participación del ICM-CIC, ha puesto a prueba una serie de nuevas tecnologías que permitirán disponer de estaciones y vehículos para monitorizar el entorno en tiempo real.

Estaciones fijas de la UPC preparadas para ser colocadas en el fondo marino.
Estaciones fijas de la UPC preparadas para ser colocadas en el fondo marino.

Una campaña oceanográfica ha validado este pasado mes de diciembre un conjunto de tecnologías innovadoras desarrolladas en el marco de un proyecto de investigación coordinado por la Universidad de Girona (UdG) con el objetivo de mejorar la supervisión, la monitorización y la gestión de los ecosistemas marinos. La campaña se ha llevado a cabo a bordo del barco oceanográfico Sarmiento de Gamboa, del CSIC, frente a la costa catalana, en fondos de entre 70 y 350 metros de profundidad.

El proyecto de investigación se llama "Plataforma de Larga Duración para la Observación de los Ecosistemas Marinos (PLOME)" y está integrado por seis socios: la Universidad de Girona (UdG), el Institut de Ciències del Mar (ICM-CIC), la Universidad Politècnica de Catalunya - BarcelonaTech (UPC), la Universidad de las Islas Baleares (UIB), la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y la empresa Iqua Robotics.

El proyecto PLOME, financiado con fondos de la Agencia Estatal de Investigación y fondos europeos Next Generation, está trabajando para desarrollar una plataforma no invasiva y modular para recabar datos imprescindibles para que la comunidad científica pueda supervisar, monitorear y gestionar los ecosistemas marinos de forma más eficiente. Hasta ahora, se han desarrollado un conjunto de sistemas independientes formados por estaciones fijas que permanecen en el fondo marino, vehículos submarinos, y vehículos de superficie. Estos sistemas disponen de baterías y sistemas de comunicación inalámbricos, y trabajan de forma conjunta y autónoma para recoger datos.

En la actualidad, la extracción de datos sólo puede realizarse, mayoritariamente, cuando un equipo humano realiza una campaña oceanográfica. El proyecto pretende hacer avanzar este sistema de recogida de información. Así, la plataforma PLOME permite la monitorización remota, sin necesidad de intervención humana una vez que los sistemas se han depositado en el fondo marino, durante un período de varias semanas y con comunicaciones en tiempo real que facilitan el seguimiento del ecosistema.

El ICM, bajo la coordinación de Jacopo Aguzzi, Joan B. Company y Nixon Bahamon, ha dirigido las operaciones de posicionamiento de las plataformas PLOME, haciéndolas coincidir con las áreas de monitorización del proyecto LIFE-ECOREST. De este modo, expertos y expertas del ICM proporcionan el conocimiento necesario para establecer las especies de importancia para la conservación y de relevancia comercial que tienen que ser evaluadas por estas plataformas, guiando la toma de datos y la elaboración de información sobre indicadores ecológicos.

Tecnologías validadas in situ

Durante la campaña del mes de diciembre se han desplegado dos estaciones fijas, dos vehículos submarinos y una boya en superficie para transmitir la información, que han servido para validar el funcionamiento de las diferentes tecnologías desarrolladas desde el inicio del proyecto. Los sistemas se han comunicado correctamente mediante módems acústicos para compartir datos y una comunicación óptica para compartir imágenes. Las cámaras, instaladas en cada sistema, han registrado datos de los fondos marinos y al mismo tiempo se han procesado con técnicas de inteligencia artificial para detectar la presencia de individuos como peces o crustáceos. También se han validado tecnologías nuevas de mapeo óptico y acústico del fondo marino, que permiten reconstruir el relieve o ver acústicamente para reducir el impacto que causa la luz artificial en hábitats donde no llega la luz solar.

Los resultados de las pruebas han sido un éxito y ya se trabaja en las próximas campañas de validación del proyecto. La siguiente se llevará a cabo en el OBSEA, el observatorio marino cableado de la UPC situado en Vilanova i la Geltrú. En este caso, se instalará una estación fija con capacidad para contener un vehículo submarino que, a diario, saldrá para realizar tareas de monitorización y volverá a la estación para cargar baterías y transmitir la información. La última campaña del proyecto se realizará en 2025, a bordo de nuevo de un barco oceanográfico, para validar el desarrollo final de la plataforma de monitorización a profundidad.