Noticias | 12 Marzo 2025

El ICM-CSIC alerta de la necesidad de afrontar “de forma inmediata” los retos a los que se enfrenta el océano

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Los detalles se recogen en un documento de carácter divulgativo destinado a mejorar la concienciación de la sociedad sobre temas ambientales marinos basándose en la evidencia científica.

El informe pone sobre la mesa el papel de la ciencia en la búsqueda de soluciones para afrontar los retos oceánicos / Kike Ballesteros.
El informe pone sobre la mesa el papel de la ciencia en la búsqueda de soluciones para afrontar los retos oceánicos / Kike Ballesteros.

El Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) ha alertado, en un nuevo informe de carácter divulgativo destinado a mejorar la concienciación de la sociedad sobre temas ambientales marinos basándose en la evidencia científica, de la necesidad de afrontar “de forma inmediata” los retos a los que se enfrenta el océano en general y, en especial nuestras costas, entre los cuales destacan el cambio climático, la sobrepesca, el aumento del nivel del mar, la proliferación de medusas, la acidificación del agua o la contaminación por plásticos.

Según la información científica disponible, estas amenazas combinadas están provocando una significativa pérdida de biodiversidad y un importante impacto económico y social en las zonas costeras. 

"Nos encontramos en un momento delicado para la salud del océano", apunta Valentí Sallarès, director del ICM-CSIC, que añade que "el aumento sostenido de la temperatura, junto con el impacto de la contaminación, la sobrepesca y otros factores relacionados con las actividades humanas, están poniendo en peligro la biodiversidad marina, afectando no solo a los ecosistemas, sino también a las comunidades humanas costeras que dependen de ellos."

Por ello, insiste Sallarès “es necesaria una mayor inversión en investigación y tecnologías de mitigación, así como la implementación de políticas más efectivas e integradas para reducir la huella antropogénica en el océano”.

Ecosistemas en peligro

Según el informe, uno de los mayores retos a los que se enfrenta el océano es el aumento de la temperatura del agua, que en Cataluña oscila entre los 0,3 y los 0,8°C por década, alcanzando en algunos años máximas de hasta 2,5°C por encima de la media histórica, lo cual está teniendo graves efectos sobre algunos de los ecosistemas más emblemáticos de nuestras costas como los formados por comunidades de coral rojo, gorgonias y esponjas. Asimismo, esto ha facilitado la proliferación de medusas en la costa, especialmente durante los episodios de grandes lluvias y escorrentías que alteran la salinidad del agua, afectando negativamente tanto a la pesca como al turismo.

Otro desafío importante del mar catalán es la acidificación. En este sentido, el informe recoge que, al igual que está ocurriendo en otros mares, en zonas como la Bahía de Blanes o el Estartit, donde el Instituto tiene estaciones de muestreo permanentes, se han registrado descensos significativos del pH marino. Esta alteración del equilibrio químico del agua puede tener consecuencias adversas para numerosas especies marinas.

En referencia a la contaminación, el informe recoge que, en Cataluña, más del 60% de los residuos marinos son plásticos, y que el 46% de los peces que viven en áreas cercanas a Barcelona presentan microplásticos en su interior, definiendo la ciudad condal como un posible punto de concentración de estos residuos. Esto no solo afecta a la fauna marina, sino que también puede llevar especies no autóctonas, lo que agrava los problemas ecológicos locales, lo que hace necesaria la adopción urgente de medidas de gestión específicas para solucionar el problema.

Por último, el documento destaca el impacto de la pesca intensiva y no sostenible, que está poniendo en jaque no solo a las principales especies comerciales, sino también a aquellas catalogadas como vulnerables y, por extensión, a todo el ecosistema marino catalán. Según el equipo científico, “el estado de los recursos explotados en el Mediterráneo y, en especial en nuestras costas, es bastante preocupante según los datos científicos disponibles”.

Ante este escenario, el ICM-CSIC exige “acciones inmediatas y sostenidas que pongan el foco en la ciencia y la investigación, pues de no ser así los recursos marinos pueden continuar deteriorándose”. Las autoras y autores abogan por proyectos de mitigación basados en “investigaciones científicas sólidas”, subrayando que “la ciencia debe desempeñar un papel crucial, no solo en la identificación de estos problemas, sino también en el monitoreo y la búsqueda de soluciones”.

Ejemplos de éxito en Barcelona

El informe destaca algunas de las iniciativas de investigación relacionadas con la conservación y la restauración marinas en las que participa el ICM-CSIC en Barcelona, como el Proyecto Gorgonia, de restauración de los bosques de gorgonias cerca del puerto, o la participación del Instituto en la elaboración del “Atlas de la Biodiversidad de Barcelona”, que incorpora datos de biodiversidad marina recopilados a través de proyectos de ciencia ciudadana del ICM-CSIC.

Además, el Instituto participa desde 1993 en los programas de monitoreo de microalgas nocivas de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA), hace un seguimiento continuado de la estabilidad de las playas de la ciudad y participa, a través del ICATMAR (órgano de cooperación entre el ICM-CSIC y la Generalitat de Cataluña para la gobernanza del mar), en proyectos de monitoreo de los recursos pesqueros y los procesos oceanográficos del mar catalán, generando información detallada sobre su estado y dinámica.

Estas acciones, junto con los proyectos de economía azul promovidos por programas como B-Blue de Barcelona Activa, están posicionando la ciudad como referente en la integración de la ciencia, la conservación y el desarrollo económico sostenible.

La publicación de este informe divulgativo llega poco después del cierre de 2024, un año en el que el océano ha sido protagonista en Barcelona con eventos de gran relevancia como la Conferencia del Océano organizada por Naciones Unidas en el marco de la Década del Océano. Además, este lanzamiento coincide con un momento clave en el que la ciudad está impulsando una redefinición de los usos de su litoral, promoviendo iniciativas para armonizar el desarrollo urbano con la conservación marina.