Noticias | 28 Julio 2021

El ICM instala en Palamós una estación para detectar cambios en la línea de costa con la ayuda de la ciudadanía

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El equipo investigador pretende comprender y prever cómo cambiarán las playas de la Costa Brava en las próximas décadas.

El sistema es una alternativa complementaria a las estaciones de monitorización fijas / ICM-CSIC
El sistema es una alternativa complementaria a las estaciones de monitorización fijas / ICM-CSIC

El pasado mes de junio, el Institut de Ciències del Mar (ICM) de Barcelona instaló, en el marco del proyecto MOCCA del Plan Nacional, una estación de tipo CoastSnap para monitorizar, con la ayuda de la ciudadanía, la evolución de la línea de costa en la playa del Castell (Palamós).

Esta estación consta de un pequeño atril, del tamaño de un DIN-A4, con vistas sobre la playa y servirá para que todo aquel que pase por allí pueda hacer sus fotografías y enviarlas al ICM. Gracias al análisis de estas instantáneas, el equipo investigador podrá advertir los cambios que ha experimentado la línea de costa en este punto de la Costa Brava.

“El objetivo final del proyecto es entender, tanto la reacción de la playa frente a tormentas, es decir, cómo se erosiona y se recupera tras estas, como la evolución de la línea de costa a largo plazo”, explica Gonzalo Simarro, uno de los investigadores del ICM a cargo del proyecto.

Esta técnica consiste en tomar fotos de la playa de forma repetida desde un mismo punto ya ha sido utilizada por las investigadoras e investigadores del ICM en otras ocasiones para medir el impacto de algunas tormentas sobre la costa. Una de las principales ventajas es que permite determinar la posición de la línea de costa a partir de las fotografías con una precisión similar a la de los equipos profesionales de topografía.

“Este sistema es una alternativa complementaria a las estaciones de monitorización fijas y también es de interés en lugares donde el desplazamiento desde los centros de investigación para obtener observaciones no pueda realizarse con la frecuencia necesaria”, señala Ruth Durán, otra de las investigadoras del ICM involucradas en el proyecto.

Por otro lado, Durán subraya que, “en este tipo de proyectos, la coordinación tanto a nivel internacional como nacional -acaba de ser concedido un proyecto en el que participan, además del ICM, centros de Galicia, Andalucía y Baleares- facilita que se establezcan los protocolos necesarios para la obtención de datos de calidad”.

Durante este primer mes los investigadores han recibido decenas de fotografías que son para ellos datos costeros muy valiosos gracias a los que pretenden comprender y prever cómo cambiarán las playas de la Costa Brava en las próximas décadas.

CoastSnap nació en 2017 como un proyecto piloto entre el Laboratorio de Investigación del Agua de la UNSW y el Departamento de Planificación, Industria y Medio Ambiente de Nueva Gales del Sur (Australia). En este caso se instalaron dos estaciones CoastSnap en las playas del norte de Sídney con el objetivo de desarrollar algoritmos para cartografiar los cambios en la línea de costa a partir de imágenes hechas por la ciudadanía.

Ahora, además de en Australia, CoastSnap cuenta con estaciones de monitoreo de la línea de costa en Estados Unidos, el Reino Unido, Bélgica y España, entre otros.

Proyectos de ciencia ciudadana como este ponen de relieve que la ciudadanía puede ejercer un papel clave para dar continuidad a series históricas cuyo valor reside en la adquisición de los datos hecha siempre del mismo modo y de forma continuada.