La investigación, desarrollada por el ICATMAR, pone el foco en cómo infraestructuras como las desembocaduras de ríos y los emisarios submarinos influyen decisivamente en la distribución de los residuos en el fondo marino.

Un nuevo estudio científico publicado en la revista Marine Pollution Bulletin ha revelado que la presencia de basura marina en los caladeros de pesca de la costa catalana está fuertemente determinada por fuentes terrestres, especialmente las desembocaduras de los ríos y los emisarios submarinos. La investigación, liderada por el equipo de ICATMAR (organismo de cooperación entre el ICM-CSIC y la Generalitat de Cataluña), se centra en cómo estas infraestructuras costeras influyen de forma determinante en la distribución de residuos en el fondo marino.
El trabajo representa un avance clave en la comprensión de cómo los residuos generados en tierra —a menudo como consecuencia de la actividad urbana, doméstica y recreativa— acaban acumulándose en el fondo del mar, con graves consecuencias para la biodiversidad y la sostenibilidad pesquera. A diferencia de estudios anteriores centrados en la superficie marina o las playas, esta investigación pone el foco en los fondos pesqueros y en la relación entre la distribución de residuos y la proximidad a infraestructuras humanas costeras.
El estudio se ha basado en datos obtenidos gracias a la colaboración directa con embarcaciones comerciales de arrastre en el marco del programa de monitoreo de los recursos pesqueros que ICATMAR lleva a cabo desde 2019, en el que también se analizan los residuos capturados accidentalmente por los arrastreros. Este enfoque ha permitido obtener una radiografía detallada de la composición y distribución de basura marina a lo largo de la costa catalana.
Los resultados muestran que el plástico es, con diferencia, el tipo de residuo más abundante, representando hasta el 63 % del total recogido en peso. Entre estos plásticos se identifican objetos relacionados con el uso doméstico, recreativo y con infraestructuras urbanas, lo que evidencia una influencia directa de la actividad humana costera.
La distribución espacial de los residuos no es homogénea: las concentraciones más elevadas se registran frente al área metropolitana de Barcelona, especialmente cerca de las desembocaduras de los ríos Besòs y Llobregat y de varios emisarios submarinos.
“No nos ha sorprendido encontrar plástico en grandes cantidades, pero sí la intensidad con la que se concentra en determinadas zonas”, explica Marta Blanco, autora principal del artículo. “La evidencia apunta a que la proximidad a estas infraestructuras es un factor determinante en la acumulación de basura en el fondo marino.”
Otro aspecto relevante del estudio es que no se ha encontrado ninguna correlación entre el esfuerzo pesquero y la cantidad de residuos detectados. Es decir, los caladeros más explotados no muestran una reducción de residuos respecto a zonas menos pescadas. Este hecho refuerza la idea de que el origen de la basura es principalmente terrestre y que, por tanto, si se quiere reducir la acumulación de residuos marinos, hay que actuar en el origen del problema: en tierra firme.
“Mejorar el tratamiento de aguas, controlar mejor los vertidos a través de emisarios y reducir el uso de plásticos de un solo uso son acciones esenciales”, advierte Blanco.
El estudio también pone en valor el papel de las embarcaciones de arrastre como plataformas de observación ambiental. Recogiendo residuos de manera sistemática sin modificar su actividad habitual, estas embarcaciones aportan datos valiosos para la ciencia y contribuyen al monitoreo ambiental colaborativo, en línea con las estrategias europeas de ciencia ciudadana.
En un contexto en el que el Mediterráneo se considera una de las regiones más afectadas por la contaminación por plásticos del planeta, estudios como este son fundamentales para comprender la dinámica del problema y orientar políticas públicas efectivas. Los autores insisten en la necesidad de una gestión costera integrada, que combine esfuerzos científicos, institucionales y sociales para detener la llegada de residuos al mar antes de que sea demasiado tarde.
Esta investigación se ha llevado a cabo en el marco del programa de seguimiento de basura marina que desarrolla ICATMAR, financiado por la Dirección General de Política Marítima y Pesca Sostenible de la Generalitat de Cataluña. Los datos obtenidos se integrarán en sistemas de indicadores ambientales y servirán para orientar acciones concretas de reducción de residuos en zonas especialmente afectadas.