Las autoras y autores del trabajo, en el que ha participado el ICM-CSIC, instan a una acción global inmediata para garantizar la seguridad alimentaria.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha publicado un nuevo informe que detalla los graves impactos del cambio climático y las actividades humanas en los ecosistemas marinos y los servicios ecosistémicos que proporcionan. El trabajo, en el que han participado el Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) y Ecopath International Initiative (EII) como socios españoles, enfatiza la “alarmante velocidad” a la que se están produciendo estos cambios y subraya la necesidad de una “acción inmediata e informada” para garantizar la seguridad alimentaria global y el desarrollo sostenible.
El informe proporciona proyecciones globales que indican una disminución constante de la biomasa oceánica de cara a finales del siglo XXI. Esta disminución plantea riesgos significativos para la seguridad alimentaria, especialmente para las comunidades que dependen en gran medida de los recursos marinos, como lo son las regiones del Sur Global.
Por otro lado, el trabajo destaca que los esfuerzos dirigidos directamente a la mitigación del cambio climático, que limiten el calentamiento global a 1.5-2.0 grados Celsius, podrían reducir las pérdidas en la biomasa pesquera explotable en aproximadamente un 15% en comparación con un escenario de altas emisiones. Estas acciones son clave para las principales naciones pesqueras, con reducciones de las pérdidas que van desde el 10% en el caso de Indonesia y Vietnam hasta el 25% en el caso de Perú para el año 2100.
En términos de biomasa pesquera, el informe subraya que aproximadamente el 20% de los países podrían haber perdido más del 30% de su biomasa pesquera explotable en 2050 considerando escenarios de altas emisiones, y que los pequeños estados insulares en desarrollo son particularmente vulnerables, por lo que es necesario aplicar urgentemente estrategias tanto de mitigación como de adaptación.
En este sentido, las proyecciones globales de FishMIP, que estiman cómo se distribuye y cambia la biomasa marina en el océano, revelan incertidumbres significativas en algunas regiones, particularmente donde se proyectan aumentos en la biomasa pesquera, como es el caso de las regiones polares. Ante este escenario, el informe detalla los pasos que se están tomando para reducir esta incertidumbre, incluyendo la evaluación y mejora de modelos.
La importancia de los modelos
En la actualidad, los modelos globales de ecosistemas marinos se están utilizando para apoyar evaluaciones regionales de riesgos climáticos y vulnerabilidad, especialmente en regiones con escasos datos, ayudando así en la conservación y orientación de políticas.
Las proyecciones de FishMIP se basan en varios modelos globales de ecosistemas marinos desarrollados por científicos de todo el mundo. Uno de los utilizados en el informe, el EcoOcean, fue desarrollado por el Institut de Cièmcies del Mar (ICM-CSIC) y la Iniciativa Internacional Ecopath (EII), y lo que permite es unificar la consideración de la dinámica espacio-temporal de la red trófica, desde productores primarios hasta depredadores superiores, con los impactos del cambio ambiental y la pesca mundial.
“Con el desarrollo y aplicación de EcoOcean estamos contribuyendo al conocimiento necesario para evaluar los impactos acumulativos en los ecosistemas marinos, lo cual es fundamental para una formulación proactiva de políticas”, afirma Marta Coll, coautora del estudio.
En los últimos años, FishMIP también ha desarrollado un marco estandarizado de evaluación de modelos para mejorar la fiabilidad de las proyecciones futuras, tanto a escala regional como global. Esto incluye métricas para probar el rendimiento de los modelos y esfuerzos para mejorar la representación de la dinámica pesquera.
“Estos esfuerzos traerán nuevas capacidades a las técnicas de modelización y proporcionarán resultados más robustos e informativos para informar la gestión del océano”, comenta Jeroen Steenbeek, coautor del estudio y representante de la Iniciativa Internacional Ecopath.
El informe de la FAO también detalla el desarrollo de futuros escenarios pesqueros vinculados a diversas Vías Socioeconómicas Compartidas, que son los escenarios utilizados para proyectar futuros cambios globales relativos al cambio climático considerando factores como el crecimiento de la población, el desarrollo económico y el progreso tecnológico. Asimismo, evalúa el impacto potencial sobre la biodiversidad oceánica y los servicios de los ecosistemas.
De cara a futuras investigaciones, cabrá resolver las interconexiones ecológicas y socioeconómicas con otros usos de los océanos y las costas, así como con el uso de los recursos de agua dulce y terrestres para apoyar orientaciones políticas globales que aborden el cambio climático, la protección de la biodiversidad, la seguridad hídrica y alimentaria y la salud.
Recomendaciones
El informe concluye con varias recomendaciones para avanzar en la modelización de los impactos climáticos sobre los ecosistemas marinos y la pesca, enfatizando la necesidad de mejorar las capacidades de los modelos e incluir variables como la acuicultura con el fin de obtener evaluaciones completamente integradas.
Asimismo, apoya la Estrategia de Cambio Climático de la FAO para avanzar hacia una transformación azul con sistemas alimentarios más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles. Y es que, al final, proporciona conocimientos esenciales para mejorar las políticas y programas para la gestión integrada y basada en la ciencia de los recursos marinos.