El Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) contribuye activamente a estas tres redes estratégicas del CSIC orientadas a afrontar los retos globales del océano, reforzando así su liderazgo en investigación marina.

El Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) ha consolidado su posición como centro de referencia en investigación marina al contribuir de forma destacada a tres de las redes estratégicas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC): la Conexión POLARCSIC, dedicada a la ciencia polar, la Conexión MICROBIOMA, centrada en el estudio de los microbiomas, y la Conexión GEOCIENCIAS, orientada a enfrentar los desafíos planetarios desde las ciencias de la Tierra. Estas redes promueven estructuras colaborativas e interdisciplinares para abordar problemas complejos a escala global.
Ciencia polar para un planeta cambiante
La Conexión POLARCSIC, coordinada por María Gema Llorens (GEO3BCN-CSIC) y Ricardo León (IGME-CSIC), reúne a 131 miembros de 23 centros del CSIC. Su objetivo es generar conocimiento sobre el impacto del calentamiento global en el Ártico y la Antártida, anticipar escenarios futuros y reforzar el papel internacional del CSIC en ciencia polar.
El ICM-CSIC tiene una fuerte representación en esta red. La ecóloga microbiana Dolors Vaqué, miembro del comité ejecutivo y co-coordinadora del grupo de trabajo de divulgación, formación y educación, destaca que POLARCSIC “nos permite construir una estructura transversal centrada en las regiones polares, clave para afrontar desafíos ambientales globales”.
Por su parte, Blanca Figuerola, especialista en ecología bentónica polar, co-coordina el grupo de trabajo sobre riesgos y peligros, y actúa como enlace con el sistema internacional de observación del Océano Austral (SOOS). En concreto, colidera el nodo sobre Acidificación Oceánica (SO-OA), que promueve la mejora de prácticas observacionales, la contribución de datos a redes globales como GOA-ON y la vinculación entre ciencia y políticas de conservación para proteger los ecosistemas marinos de esa región especialmente vulnerable a la acidificación.
“Desde el grupo de riesgos y peligros promovemos un enfoque multidisciplinar para identificar amenazas emergentes en ecosistemas polares. Además, nuestra conexión con SOOS posiciona al ICM-CSIC como un nodo clave en la observación polar”, señala Figuerola.
Por último, POLARCSIC fomenta la formación con talleres, estancias, mentorías y workshops anuales, y elaborará informes para las políticas públicas con el objetivo de alinear la ciencia con la toma de decisiones.
Uniendo esfuerzos en el estudio microbiano
La Conexión MICROBIOMA busca coordinar la investigación en microbiomas, repartida ahora en múltiples centros del CSIC. Con más de 80 investigadoras e investigadores de 45 institutos, esta red pretende convertir al CSIC en referente nacional e internacional en este campo.
La red está liderada por los investigadores Victoria Moreno (CIAL-CSIC) y Ramiro Logares (ICM-CSIC). Desde el ICM-CSIC, se liderarán iniciativas clave como la integración de series temporales microbianas marinas dentro del nuevo Catálogo MICROBIOMA-CSIC. Asimismo, se fortalecerá el vínculo con infraestructuras internacionales como MIRRI-ERIC.
“Nuestro reto es coordinar a quienes trabajamos con diversos microbiomas en el CSIC potenciando sinergias y ciencia interdisciplinar. Desde el ICM-CSIC aportamos nuestra experiencia en microbiomas marinos y series temporales, esenciales para entender los cambios en los océanos”, explica Logares.
La Conexión MICROBIOMA promueve, además, acciones de formación, movilidad, mentoría, eventos científicos y participación en convocatorias europeas. Asimismo, impulsa la transferencia del conocimiento a través de iniciativas como el itinerario Cicerón y la elaboración de informes para las políticas públicas.
Como parte de su proyección internacional, la Conexión MICROBIOMA será patrocinadora del congreso SAME18, una cita clave en ecología microbiana acuática que se celebrará en Barcelona en otoño de 2025.
Hacia una perspectiva planetaria
Aprobada en una convocatoria anterior (2023), la Conexión GEOCIENCIAS busca dotar a esta disciplina de una estructura colaborativa entre ciencia, administración, empresas y ciudadanía, para afrontar los retos del cambio climático, los riesgos geológicos y otras crisis planetarias. En total, reúne a más de 300 investigadoras e investigadores de 19 centros del CSIC.
El ICM-CSIC es uno de los centros con mayor participación en esta red, y su personal integra grupos centrados en crisis medioambientales y peligros geológicos, además de comisiones sobre infraestructuras, repositorios y divulgación.
Eva Calvo, investigadora del ICM-CSIC y miembro del comité ejecutivo, destaca “la amplia variedad de actividades realizadas en estos dos años, desde programas de movilidad o una exposición itinerante, hasta talleres de colaboración y prospectiva”.
Por último, en el marco de esta conexión, desde el ICM-CSIC se está preparando un informe dirigido a las administraciones para mejorar la toma de decisiones basadas en la evidencia científica, así como un itinerario Cicerón de cada a finales de año.