En este “A Fondo” conversamos con Guiomar Rotllant y Paula Medina sobre el bienestar animal de las especies acuáticas y la necesidad de formar a los productores, docentes y a la comunidad científica en este ámbito.

El Institut de Ciències del Mar (ICM) lidera una ambiciosa iniciativa internacional para transformar el modo en el que se aborda el bienestar de las especies acuáticas en América Latina y el Caribe (ALC). En el marco del proyecto CEREBAL, liderado por la investigadora Guiomar Rotllant, el ICM coordina una red de investigación, formación y acción colaborativa junto a administraciones, universidades y productores del sector acuícola, con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de peces, crustáceos y cefalópodos producidos en la región. Este esfuerzo no solo responde a una creciente demanda ética y científica, sino también a los requisitos que exige la Unión Europea para la importación de productos acuáticos. La idea es que toda la información generada durante el proyecto esté disponible y sirva de base para que las Autoridades Nacionales Competentes (ANC) de todos los países de ALC puedan acordar conjuntamente una regulación sobre bienestar animal en sus producciones acuícolas.
En este sentido, mediante workshops, guías técnicas, protocolos experimentales y espacios de co-creación, el ICM impulsa un cambio estructural en la forma de producir proteína animal desde el mar, fortaleciendo capacidades locales y sentando las bases para un futuro Centro de Referencia en Bienestar Animal en Especies Acuáticas para ALC. Hoy hablamos con Guiomar Rotllant y Paula Medina, que encabezan esta iniciativa para conocer los retos, aprendizajes y horizontes de este trabajo pionero.
1. ¿Qué motivó al ICM a impulsar el proyecto CEREBAL y centrarse en el bienestar animal acuático en América Latina y el Caribe?
Todo comenzó con un taller sobre bienestar animal orientado al sector acuícola en Guatemala organizado dentro del proyecto INTERCO1902 liderado por Francesc Piferrer, donde detectamos una necesidad relevante: la falta de formadores especializados en bienestar de especies acuáticas. Esto nos llevó a investigar cómo se percibe el bienestar animal en el sector y qué necesidades identifican los diferentes actores de la producción acuícola en ALC.
Tras una reunión con Jesús Molina, director del Centro de Formación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), decidimos solicitar un nuevo proyecto Intercoonecta, que fue aprobado y financiado a partir de 2024. CEREBAL busca identificar los principales problemas relacionados con el bienestar de animales acuáticos, proponer soluciones, prototiparlas y evaluar su eficacia en ALC. Todo ello se hace aplicando un enfoque de diseño centrado en el usuario, que en este caso corresponde a las especies acuáticas de mayor producción o viabilidad económica en la región.
2. ¿Qué particularidades presenta el bienestar animal en especies acuáticas y cómo se refleja esto en los sistemas de producción?
Mientras que el bienestar de animales terrestres se define como “el estado físico y mental del animal en relación con las condiciones en que vive y muere”, en el caso de las especies acuáticas escasea aún la evidencia científica necesaria para establecer normativas específicas. Sin embargo, ya se ha comprobado que muchos animales acuáticos responden al estrés. Por ello, en el caso de las especies acuáticas es fundamental aplicar las cuatro dimensiones básicas del bienestar —buena alimentación, buen alojamiento, buena salud y comportamiento apropiado— sin importar si se trata de vertebrados o invertebrados.
Al final, aplicar medidas de bienestar no solo responde a un imperativo ético, sino que también puede mejorar significativamente la calidad del producto. A diferencia de la ganadería terrestre, la acuicultura y la pesca abarcan una enorme variedad de especies y sistemas productivos, lo que presenta un desafío mayor. Aun así, existen medidas sencillas y de bajo coste que ya pueden aplicarse con buenos resultados.
3. Durante los talleres realizados, ¿qué necesidades formativas se identificaron como prioritarias entre productores y autoridades locales?
Entre productores, se percibió la necesidad urgente de formación en el manejo adecuado y la manipulación de los animales, así como en procesos críticos donde el bienestar puede verse comprometido, como el transporte, la cosecha y la matanza. En cuanto a las autoridades, en cambio, notamos que se subestima la importancia de regular el bienestar de especies acuáticas. Muchos países tienen normativas centradas únicamente en animales terrestres, o directamente carecen de legislación específica. Por último, identificamos iniciativas locales impulsadas por la investigación, que necesitan apoyo y visibilidad para demostrar que incluso pequeños cambios pueden transformar toda una industria.
4. ¿Qué papel juegan los factores culturales, económicos y ambientales en la implementación de medidas de bienestar animal en acuicultura y pesca?
La región de América Latina y el Caribe es vastísima y diversa: abarca 46 países, 20 millones de kilómetros cuadrados y una enorme variedad cultural, económica y ambiental. Esta diversidad también se refleja en la acuicultura, que incluye tanto especies autóctonas como introducidas, y sistemas de producción que van desde estanques rústicos hasta tecnologías avanzadas como los sistemas de recirculación.
En nuestro último taller decidimos centrarnos en soluciones locales a problemas globales, y descubrimos que muchas mejoras no requieren grandes inversiones, sino cambios simples y bien dirigidos. Desde el punto de vista normativo, la diversidad regional dificulta establecer criterios comunes. Pero precisamente porque aún no existe una legislación específica en la mayoría de los países, es un momento ideal para impulsar acciones coordinadas hacia una normativa compartida, como propone el proyecto CEREBAL.
5. ¿Cómo se está colaborando con los países de la región para que estas formaciones se traduzcan en políticas públicas eficaces?
Uno de los principales objetivos del proyecto CEREBAL es la creación de un Centro de Referencia para el Bienestar de Especies Acuáticas en ALC. Este centro recopilará los principales desafíos del sector, facilitará la investigación, respaldará la elaboración de legislación y promoverá buenas prácticas. En la web del proyecto se puede consultar un glosario con los conceptos clave de bienestar animal, información sobre la legislación vigente en los países de ALC y en la Unión Europea, actas de mesas de trabajo y, próximamente, guías específicas para peces, crustáceos y moluscos.
6. ¿Qué importancia tiene el enfoque participativo y multidisciplinar en el desarrollo de guías y protocolos?
El bienestar animal es un tema multidimensional que no afecta solo a los animales. Involucra a múltiples actores: productores, administraciones públicas, científicos y consumidores. Cada uno tiene sus propios intereses, pero todos deben tomar decisiones basadas en evidencia científica, especialmente en relación con la sintiencia y los indicadores de bienestar basados en el animal.
Por ello, es fundamental que los protocolos y políticas públicas reflejen una visión equilibrada: respaldada por la ciencia, pero alineada con los intereses sociales y económicos.
7. ¿Podríais compartir alguno de los logros alcanzados hasta ahora gracias a las actividades de formación?
Hasta ahora, el principal impacto ha sido visibilizar la urgente necesidad de formación en bienestar de animales acuáticos en la región. Esto ha motivado iniciativas como planes para capacitar a trabajadores como formadores de sus propios equipos, la implementación de prácticas más humanitarias que mejoran el bienestar de trabajadores y animales o el desarrollo de procedimientos para reconocer e implementar indicadores de bienestar basados en el animal. El próximo año llevaremos estas propuestas a la práctica mediante prototipos funcionales en empresas que producen peces, crustáceos y cefalópodos.
8. Desde el punto de vista de la investigación, ¿qué especies o etapas del ciclo de cultivo presentan mayores desafíos?
Uno de los grandes retos es definir indicadores de bienestar basados en el animal. específicos para cada etapa del ciclo de vida de las especies acuáticas. Si bien todas las etapas son importantes, la más crítica es la cosecha, es decir, el momento de la muerte del animal. Además, aspectos como el tiempo de ayuno previo, las condiciones de confinamiento, los niveles bioquímicos que indican estrés y la efectividad de los métodos de aturdimiento son fundamentales tanto para el bienestar del animal como para la calidad final del producto.
En este sentido, desde el ICM estamos liderando una investigación pionera junto con socios del Partenariado Europeo de Salud y Bienestar Animal, la UNAM (México) y la UBA (Argentina) sobre la sentencia de crustáceos decápodos. En concreto, evaluamos su respuesta a anestésicos mediante técnicas como electroencefalogramas, potenciales evocados visuales y medición de la tasa cardíaca, en especies como bogavantes y camarones.
9. ¿Qué sinergias están explorando con el futuro Centro de Referencia en Bienestar Animal en Especies Acuáticas de la UE?
El nuevo Centro de Referencia de la Unión Europea comparte objetivos similares a los del proyecto CEREBAL. Estamos colaborando estrechamente con el equipo científico para establecer las bases de las guías de bienestar por especie. A día de hoy, existen guías de especies producidas en Europa como la dorada, la lubina o la trucha que servirán como modelo para desarrollar guías adaptadas a las especies producidas en América Latina y el Caribe.
10. ¿Qué les diríais a los productores acuícolas que consideran el bienestar animal como un coste, y no como una inversión?
El bienestar animal no es un lujo, es una necesidad. Las medidas de bienestar mejoran la calidad del producto en sabor, textura y valor nutritivo. Aunque impliquen un coste adicional, este se compensa con un producto más valioso, incluyendo mercados internacionales que exigen estándares de bienestar. Además, una formación adecuada del personal no debe verse como un gasto, sino como una inversión que beneficia al trabajador, al productor y, por supuesto, al animal.
Desde el ICM queremos transmitir que es posible rediseñar la acuicultura y la pesca hacia un modelo más humanitario y sostenible, en línea con el progreso del sector no sólo en Europa sino también en América Latina y el Caribe.